Entre la baraja de herramientas que ayudan a un traductor a hacer su trabajo, aparecen Memsource y Studio. Ambos son editores que dividen el texto fuente en segmentos y, con la ayuda de memorias de traducción y glosarios, facilitan la traducción a un idioma meta. He aquí mi explicación de abuela sobre cómo funcionan estos dos programas, y sus pros y contras.
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Memsource y SDL Trados Studio son hermanos en sus funciones y compañeros de trabajo, como el equipo Rocket (bless Pokemon). |
Memsource es una página que permite traducir documentos a partir de una memoria de traducción. El texto se divide en segmentos y el traductor trabaja en cada uno hasta terminar. La memoria almacena una serie de términos para que sea más fácil realizar el trabajo. En caso de aparecer una palabra que ya está guardada en la memoria, el programa sugiere una coincidencia parcial o total y el traductor decide si la acepta o no. Una vez terminado el trabajo, Memsource permite llevar un control de calidad (Quality Assurance en inglés) para pulir cualquier error de puntuación, espacios y concordancia con el texto fuente. Aunque de este programa solo conozco lo básico, me parece muy fácil de manejar y de incorporar como herramienta. Las únicas dos desventajas principales podrían ser que, al ser un programa en la nube, depende de la conexión al wifi y a Internet, y (atención ratas: esta es mala para ustedes) hay que pagar una cuenta a menos que tu cliente te la comparta por cierto trabajo.
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Memsource |
SDL Trados Studio (aclaro que es la versión 2014 porque esa es la que yo conozco) de entrada es un programa súper organizado, pero sí tiene mucha más complejidad que Memsource. Crear un nuevo proyecto paso a paso es un proceso bastante largo al que hay que prestarle atención. Además, la sección de control de calidad de este programa es bastante débil, por lo que se aconseja incorporar Xbench para que cumpla esta función. De todas maneras, ofrece muchísimas cosas que Memsource (del que igual tengo escaso conocimiento) no tiene, como la posibilidad de crear glosarios en cualquier idioma e incorporarlo a los proyectos. Mi mayor problema con Studio es que crea una cantidad descomunal de archivos conforme avanza el proyecto. Por eso es importante identificar dónde se guardan los documentos siempre SIEMPRE, para no llevarse un disgusto y perder el peluquín. Una vez más nos encontramos ante un programa pago (lo sé, esta entrada del blog es una catástrofe para los ahorradores), pero a largo plazo es una buena inversión.
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SDL Trados Studio (2014). Sé que parece idéntico a Memsource, pero no lo es. |
Si bien parece que contar con ambas herramientas es medio inútil porque con un programa debería ser suficiente, creo cada uno tiene una función distinta de acuerdo al contexto. Para proyectos conjuntos en los que el cliente ofrece memorias, Memsource es una mejor opción. Para proyectos más complejos y de mayor duración, SDL Trados Studio es una mejor herramienta. Siempre que sea posible, está buenísimo tener los dos programas como opción, que se pelean por ver quién es el mejor pero se complementan para ayudar al traductor (shout out to James y Jessie de Pokemón de vuelta).