Antes de entrar a esta carrera, hubo una cosa que no tuve en cuenta: el traductor se hace su lugar en el mundo profesional casi enteramente gracias a las redes sociales. Conseguir a alguien que trabaje con un texto del español al inglés o viceversa no es tan fácil como buscar a quien arregle un auto o venda un microondas. En la mayoría de los casos, lo primero que se le ocurre a un cliente cuando necesita un traductor es usar el gran y sabio buscador de Google, tipear «traductor de inglés» y sumar información sobre una ciudad o un tópico. Del otro lado, nosotros traductores esperamos como cachorros en caja a que nos encuentren y nos elijan de entre muchos para cierta propuesta. Sin embargo, si uno no desarrolla su propia página web o no presenta un currículum en línea en cualquier plataforma, las posibilidades de ser encontrados se limitan en gran medida.
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Qué raro... una foto de mi blog en mi blog. Cuál era la necesidad... |
Honestamente, cuando me propusieron crear mi primera página web no le veía mucho sentido porque ya tenía un blog. Para una joven adulta con cerebro de geronte como yo, las diferencias parecían no existir, pero después de investigar me di cuenta de lo distintas que son las dos plataformas. El blog es un sitio web que recopila entradas en orden cronológico de más nueva a más vieja, y da un espacio para que quienes lo lean puedan comentar al respecto. Otra de sus características es que es súper fácil de manejar y editar, lo que resulta genial para gente inexperta como yo. Por otra parte, las páginas web o páginas de internet son documentos que forman parte de un sitio web y que no necesariamente se actualizan con tanta frecuencia como los blogs. Los comentarios no son un componente clave de estos sitios y por eso puede como no haber una sección dedicada a ellos.
La mayor diferencia que encontré a la hora de hacer mi propia página web es que necesité mucha más guía que para hacer mi blog. Aún con la ayuda paso a paso que te da SimpleSite como opción, me fue difícil ubicar todos mis textos e imágenes para que pareciera profesional. Además, con 20 años nunca tuve un trabajo mayor que el de niñera y por eso ser experimentada en ese ámbito no es lo mío todavía. Creo que, en este caso, el problema sobrepasó mi escaso saber tecnológico y tuvo más que ver con mi falta de conocimiento del área laboral.
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Acá está mi primera versión de la página. Esperemos que sea lo que busca el mercado (por ahora creo que le faltan cosas, pero ya mejorará). |
Si dejo de lado todos los problemas o inseguridades que me generó esta primera experiencia, SimpleSite es bastante paciente con los principiantes. Desde el momento 1 te permite diseñar y visualizar el primer bosquejo de lo que va a ser tu página, y después deja indicaciones que marcan la función de cada espacio. Cuando estaba acomodando las fotos y textos me sentía como en una clase de primer grado con una maestra súper dulce explicándome el ABC. La verdad no tengo referencia de cómo funcionan otras páginas para crear sitios web, pero esta en particular me pareció muy cómoda y fácil de manejar. Tal vez sí deberían agregarle más aclaraciones que expliquen cómo editar los detalles de la página, para personas que tienen cero experiencia laboral o tecnológica (como su fiel servidora aquí redactando). Por ejemplo, no pude entender cómo agregar links de contacto en la barra aunque lo busqué y lo intenté aplicar, y el sitio no aclaraba nada al respecto.
Espero que, como con este blog, pueda aprender a manipular la página para que funcione como una estampita religiosa y atraiga mucho trabajo en el futuro.
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Yo rezando para que me queden bien todas estas cosas tecnológicas. |
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