lunes, 27 de agosto de 2018

Tips para traducir en un ambiente cómodo


Está claro que en el camino de la traducción uno se vuelve íntimo amigo de la tecnología. Las computadoras y sus buscadores son claves para lograr buenos escritos de forma rápida y para aprender sobre incontables temas. Aún así, mucha gente ignora que parte de ser eficiente y lograr traducciones de calidad implica sentirse cómodo mental y físicamente en el entorno de trabajo que uno designa: desde sentarse derecho hasta tomarse un break cada cierto tiempo para descansar la mente. Si bien cada uno tiene sus propios márgenes de lo que le resulta o no confortable, hoy propongo algunos tips para aquellos que tengan poca o ninguna idea sobre cómo organizarse en este ámbito.


1. Mantené una buena postura
Si hay una enseñanza que mi papá me fijó con cola de pegar al cerebro desde que tengo memoria es que para empezar a trabajar hay que sentarse derecho y con los codos sobre la mesa. La postura siempre es algo difícil de corregir, porque naturalmente es mas cómodo estar encorvado o tirado hacia atrás. De todas formas, sentarse mal trae una serie de problemas que a la larga son incorregibles. Por eso es esencial sentarse en una silla con respaldo (de preferencia ergonómica), con el cuerpo pegado a la mesa, los pies sobre el piso (imposible para mi con mi tamaño de gnomo) y la computadora a una distancia que permita poder apoyar los antebrazos y codos sobre la superficie de trabajo.

2. Elegí un espacio de trabajo y arreglalo según tu comodidad
Honestamente este tip parece una pavada al principio, porque uno cae en el mito de que se puede trabajar en cualquier lado en el que haya un router y una computadora. Cuando uno despierta y se da cuenta de que eso no es ni un poco cierto, empieza la travesía por encontrar el espacio de trabajo perfecto. Independientemente de los gustos propios, dicho lugar tiene que estar bien iluminado y ser prolijo y cómodo. Aunque suena como algo que diría una persona con un TOC por el orden (aka: yo), tener todo a disposición en el escritorio y saber dónde está cada cosa también es clave para encontrar rápido lo que se necesita y ahorrarse tiempo.

3. Conocé qué cosas te molestan y qué cosas no a la hora de trabajar
En relación con el tip anterior, determinar nuestro espacio principal de trabajo es importante, pero también hay que ser conscientes de que va a haber momentos en los que no vamos a poder usarlo: puede ser que tengamos que trabajar durante un viaje o mientras estamos fuera de casa. Por eso hay que saber con qué cosas estamos cómodos mientras tenemos que traducir y qué cosas preferimos evitar. ¿Te cuesta pensar mientras otros hablan? Evitá los cafés y visitá una biblioteca. ¿Te gusta la luz del sol? Sentate en un jardín al que llegue el wifi. Así vas a saber adaptarte y vas a poder encontrar más rápido un lugar de trabajo ajeno al propio. Si te gusta trabajar con música como a mí, te recomiendo mi playlist de Jazz favorita.

Imagen relacionada
He aquí una muchacha trabajando afuera muy feliz (Aunque con una postura horrible. Niños, no lo intenten así en casa.)

4. Levantate de tu silla y caminá de vez en cuando
Algo que marcó un antes y un después en mi experiencia como pseudotraductora fue aprender a darme pausas. Hacer una buena traducción toma su tiempo, y uno queda frente a la computadora sentado como un robot de principio a fin. Si bien no está bueno tomarse breaks de medio día porque es una pérdida de tiempo y de plata, levantarse cada tanto a fumar un cigarrillo (si son de los míos) o a preparar algo de comer te despeja la mente y mejora tu desempeño. Recomiendo poner alarmas cada media hora como una sabia amiga mía me enseñó o mirar la hora y decir «en X rato me levanto y me hago un cafecito».

5. Determiná qué horario te es más cómodo para trabajar
Hay noctámbulos como yo que prefieren trabajar hasta las tres de la mañana, fanáticos de las meriendas a los que les gusta laburar de tarde o madrugadores que se llevan mejor con traducir de día. Aunque el trabajo llega a todas horas, conocete, aprendé cuando te desempeñás mejor y creá una rutina que se adapte a tus comodidades.

6. Trabajá con las traducciones en paralelo
Si hay algo que aprendí en este corto tiempo es que, ya sea con dos computadoras o con dos archivos uno al lado del otro en un mismo aparato, hay que tener el texto fuente y la traducción que se esté haciendo por separado. Si ambas se encuentran en un mismo archivo, puede que sin querer te saltees alguna frase o palabra o que te confundas en lo que escribís. Aprender a trabajar en paralelo en Word evita cualquier inconveniente y hace que sea más fácil leer y traducir. 

7. Hacé un backup de tus traducciones
El miedo de toda persona cuyo trabajo depende de una herramienta tecnológica es perder de repente todos los archivos. Para prevenir esa desesperación, hacé un respaldo de todos tus archivos, ya sea en un pen drive o en la nube. Esto no solo evita que los pierdas, sino que también te deja trabajar en caso de no tener Internet.

8. Mantené las cosas que te tientan fuera de tu alcance y usalas como incentivo
Todos los millennials están acostumbrados a estar constantemente con sus celulares para chequear las redes sociales, pero a la hora de trabajar esto tiende a ser un problema. Instagram, Whatsapp y Netflix necesitan de tu total atención, y por eso no son aliados cuando hay que traducir. Para evitar distraerte, mantené tu celular alejado de tu alcance y ponete metas: «cuando termine de traducir X parte puedo revisar el celular un rato». 

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Para los más desastrosos, mi hermano me mostró SelfControl, una app para Mac y iPhone que te deja bloquear las cosas que más te tientan.
Sé que todos estos tips parecen una tontería, pero trabajar en un espacio incómodo con mala postura y sin tomar ciertas precauciones se vuelve algo estresante. Aprender a incorporar esto ayuda tanto en el corto como en el largo plazo, y mejora muchísimo el desempeño a nivel profesional. 



martes, 21 de agosto de 2018

Entendiendo la evolución de la web


Hace lo que parecen varias décadas, la información se conseguía con mucho tiempo y paciencia a través de libros, diarios, encuestas, etc. Una pregunta podía tardar días en encontrar su respuesta y, si la información no se lo permitía, quedaba como un eco en el aire. Las generaciones de hoy no experimentamos ese tipo de arduas búsquedas, porque lo que queremos saber está a un tecleo de distancia. Esto es gracias a la World Wide Web (WWW) o red informática mundial, un sistema que permite que la gente acceda a todo tipo de enlaces con infinita información. Si se dispone del Internet suficiente, la red permite saber desde el significado de las margaritas hasta la etimología de la palabra «palta». Sin embargo, como todas las cosas, la web tiene su historia, y desde su origen fue evolucionando hasta convertirse en la herramienta imprescindible que es hoy.

La red empezó en los noventa de la mano de Tim Berners-Lee, y se le conocía como web 1.0. Si bien había contenido disponible, quien entraba a cualquier enlace estaba limitado a leer y aprender. Al generar páginas estáticas programadas en HTML, este tipo de red no dejaba espacio para los comentarios; la única persona que podía modificar o eliminar lo publicado era el autor y dueño del enlace. Para compensar la falta de espacios de opinión, existían los libros de visita en linea o guest books. 

A comienzos de los 2000 apareció la segunda y mejorada versión de la red: la web 2.0. Fue muy innovadora porque finalmente permitió que quien visitaba la página tuviese la posibilidad de participar, realizar cambios y comentar. Gracias a este tipo de web surgieron los blogs, las redes sociales y las aplicaciones.

La web 3.0 es la versión más nueva del concepto original de red, y se caracteriza por la introducción de la nube al panorama de Internet. Hasta este entonces, las personas solo podían recibir servicios de aquellas aplicaciones que tenían en el software de su PC y almacenar allí sus documentos. Con la llegada de la nube, estas dos funciones fueron cubiertas por la red, que se encarga de guardar archivos y de ofrecer ayuda desde cualquier dispositivo móvil.

Como traductores la tecnología es una herramienta clave, al funcionar como plataforma para escribir y buscar respuestas. Es importante saber utilizarla y aprender a encontrar el grado de verdad en la información que ofrece cada link, para distinguir lo que realmente necesitamos. Desde que uno comienza como estudiante de traducción, los dispositivos y el Internet se vuelven una pluma y un libro. En tanto no confiemos al punto de volvernos completamente dependientes, la web y las computadoras son nuestros mejores aliados, como universitarios y más tarde como profesionales.

Bibliografía:
-Wikipedia: World Wide Web. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/World_Wide_Web, 21/08/18.
-Wikipedia: Computación en la nube. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Computaci%C3%B3n_en_la_nube, 21/08/18.
-Diaz Salamanca, Santiago (2014). Slideshare: Web 1.0-2.0-3-0. Recuperado de: https://es.slideshare.net/SantiagoDiazSalamanca/web-10-20-30-caractersticas-definiciones-diferencias-ejemplos, 21/08/18.